¿POR QUÉ ES URGENTE LA SANCIÓN DE LA LEY DE HUMEDALES?

 






Sudamérica es una región privilegiada en términos de disponibilidad de agua dulce, que está estimada entre un 25 y un 28 % del total del planeta. La Cuenca del Plata es la segunda más importante del continente; sus ríos, entre los que se encuentra el Paraná, y los humedales ¬¬-asociados son de una trascendencia suprema para la vida de toda la región. Los megaproyectos de infraestructura y las actividades productivas irresponsables transforman este ecosistema al mismo tiempo que violentan y desplazan las comunidades locales humanas y no humanas.

El río Paraná y sus islas forman parte del Sistema de Humedales Paraguay-Paraná –el corredor de humedales más importante del mundo–, que se extiende desde el Pantanal de Mato Grosso (Brasil) hasta el Río de la Plata (Argentina y Uruguay). Abarca una superficie aproximada de 17.500 km2. Sus últimos 300 kilómetros constituyen el Delta. Territorio que se corresponde además con el Acuífero Guaraní, uno de los reservorios de agua dulce subterránea más importante del mundo.

El ecosistema de los Humedales no es ni terrestre ni acuático, sino ambos. Lo cual implica tomar medidas de preservación y cuidado que contenga esta complejidad y no transforme esta particularidad en una u otra dirección cambiando sus funciones vitales. Funcionan como reguladores de los excesos hídricos, tanto de bajantes como de inundaciones ya que absorben y regulan el flujo hídrico reteniendo el exceso de agua. Depuran y funcionan como reservorios de agua dulce, almacenan carbono y juegan un rol fundamental en la lucha contra el cambio climático ya que regulan las temperaturas, los regímenes de lluvias y por tanto la recuperación de agua ya que también participan en el proceso de reciclaje de agua del acuífero Guaraní.

Las condiciones ambientales que diferencian al Delta de su entorno regional y que, a su vez, determinan su heterogeneidad interna, se deben a la acción de tres factores básicos: el régimen climático diferenciado, producto del efecto modulador de las grandes masas de agua presentes; los procesos geomorfológicos actuales y del pasado reciente y; finalmente, el régimen hidrológico actual.

Las comunidades vegetales brindan refugio, alimento y sitios de nidificación a una diversa fauna de aves, mamíferos, reptiles y anfibios, y la variada vegetación sumergida y emergente provee refugio y alimentación a moluscos, crustáceos, oligoquetos, insectos y una gran cantidad de peces. 

La biodiversidad del Delta del Paraná consigna 643 especies de plantas, 430 especies de vertebrados (aves y mamíferos), 200 especies de peces, decenas de reptiles y más de 20 especies anfibias.

También sustentan medios de vida de comunidades locales y una riquísima producción cultural.

El 2020 ha sido el peor año para los humedales. Según datos oficiales, se perdieron a manos del fuego casi 1 millón de hectáreas en 21 provincias, miles de ellas áreas de humedal. Cuanto más alteramos los ecosistemas, más peligro corremos. Los focos de incendios y las afectaciones en los territorios continúan en este 2021. 

El pasado 20 de noviembre de 2020, la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados aprobó un texto unificado de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para el Uso Racional y Sostenible de los Humedales. Resta su tratamiento y aprobación en la Cámara de Senadores. Necesitamos una Ley de Humedales de y para la gente. Una norma que ampare a nivel nacional nuestra principal fuente de agua dulce, entre muchos otros beneficios ecosistémicos que los humedales brindan a las personas, algunos de ellos irremplazables.



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